Acusado por asesinato de Ena Xitlali confiesa que sí fue él, y después que no

* Ignacio aceptaría ser condenado a 20 años de cárcel, pero de último momento dijo que sólo él sabe que hay alguien más implicado, por lo que la audiencia de procedimiento abreviado fue concluida sin sentencia.

 

Una audiencia que, se suponía, concluiría con la sentencia condenatoria en contra de un sujeto identificado como Ignacio, quien es acusado del homicidio de la joven de 19 años Ena Xitlali Alperte Chávez, registrado la madrugada del dos de julio del 2017 en la cabecera municipal de Xalisco, presentó una característica que podría no tener precedente en el estado: primero, aceptó que fue enterado debidamente del procedimiento abreviado que acelera un sentencia, respondió con un “si” cuando se le cuestionó si es el responsable del asesinato, refirió también que no fue presionado para aceptar la condena de 20 años que pactó con la Fiscalía General del Estado (FGE)…pero al final, justo al final dijo que hay alguien más implicado.

El comentario de Ignacio sorprendió a todos en la sala 3 de juicios orales en Tepic, al mediodía de este jueves.

Y el juez César Octavio García Torres reaccionó, citando que no podía dictar condena debido al último dicho del imputado, y es que, explicó, a pesar de que minutos antes verificó, realizándole diversas preguntas para establecer que conocía el procedimiento que se estaba llevando a cabo, que aceptó renunciar al juicio al que tiene derecho, que no existía presión de ninguna índole, que respondió con un “si” cuando se le preguntó si fue él quien mató a Ena Xitlali, a pesar de todo ello no habría sentencia porque la última versión del sujeto es que parece negar ser el responsable.

Ignacio respondía en tono bajito, tan bajito que a veces el juez le pedía que se acercara al micrófono. Pero la última parte sí se le escuchó clara, refiriendo que sólo él sabía quién está relacionado con los hechos.

El juez repitió que con la nueva versión no podía dictarse sentencia y dio por concluida la audiencia. Ignacio fue retirado de la sala por un policía estatal, acompañado por sus dos defensores públicos, visiblemente sorprendidos por el giro que dio la versión.

Cabe añadir que a la audiencia asistió una hermana de la hoy fallecida y reveló el consentimiento de su familia para que se efectuara el procedimiento abreviado, dentro del expediente 1026/2017. Fue acompañada por un asesor particular y dos agentes del Ministerio Público en representación de la Fiscalía.

La condena ofrecida a Ignacio era de 20 años de cárcel, una multa equivalente a 50 días de salario, así como 200 mil pesos como reparación del daño.

El procedimiento abreviado es una forma de acelerar los asuntos hasta llegar a condena, especialmente cuando existen evidencias contra un imputado.

Pero este asunto singular ya genera la incógnita sobre si la FGE volverá a ofrecer el procedimiento abreviado, y es que, como se explicó en este espacio hace dos semanas, Ignacio pidió entonces posponer la audiencia para enterar a su familia. Es decir, es la segunda ocasión que se realiza sin condena.

Si la Fiscalía decide no ofrecer el abreviado, Ignacio podría enfrentar una pena mayor durante un juicio, considerando que el homicidio calificado se castiga de 20 a 50 años de prisión y puesto que no hay datos de prueba a su favor, sino que todos conducen a que él sería el responsable.

Por ejemplo, aquella madrugada del dos de julio, la propia Ena Xitlali envió un mensaje de voz a su novio, alterada: “¡Irving, se metió el vecino, ayúdame Irving, ayúdame!”. El audio, escuchado por su pareja hasta la mañana siguiente, forma parte de las evidencias presentadas por la Fiscalía.

Ena Xitlali vivía con su menor hijo en calle P. Sánchez número 22, mientras que Ignacio en el número 20, en Xalisco. Su cuerpo fue encontrado en una habitación, con heridas cortantes.

De igual forma, la Fiscalía anunció numerosas evidencias, dictámenes periciales que conducen a la probable responsabilidad de Ignacio, como el hecho de que dentro de su casa se localizaron pertenencias de la víctima, o incluso ropa suya con sangre de la occisa, o unos tenis cuya suela quedó marcada en la sangre, y más sangre en la barda que separa ambas casas, aparentemente dejada cuando escalaba para regresar a su vivienda.

Por ello se insiste: si Ignacio se la juega a ir a juicio, probablemente sea condenado a una pena mayor a 20 años.

(Salas orales en Tepic. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)