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Sáb, Abr

El caso Roy Rubio confirma el paraíso de los notarios públicos

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* Advierten que la Ley del Notariado necesita candados para evitar malas interpretaciones: o eres notario público o eres funcionario. 

 

La suspensión provisional de Roy Rubio Salazar como titular de la Auditoría Superior del Estado –antes Órgano de Fiscalización Superior (OFS)- ha traído, de rebote, el tema de la situación de notarios públicos que también son altos funcionarios y cuyas oficinas están abiertas, ya sea con suplente o mediante sociedad notarial. 

La Comisión de Hacienda del Congreso del Estado resolvió la suspensión de Roy, aparentemente porque se habría cometido una falta cuando fue designado notario público con oficinas en Tecuala, pero sin separarse debidamente de la Auditoría Superior.

Y es ahí donde estaría el debate.

Según datos recogidos de manera extraoficial, en marzo del 2017, Roy dirigió un escrito al diputado  presidente de la Comisión de Gobierno, Jorge Segura López, para avisarle que durante cinco días estaría fuera de sus funciones como auditor. 

Se supone que esos días fueron el 24, 25, 26, 27 y 28 de marzo, en razón de que el día 22 se publicó en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado un aviso al público mediante el cual, Rubio Salazar anunciaba que a partir del día 24 iniciaba su actividad en la notaría pública número 3 de la Cuarta Demarcación, con domicilio en calle Abasolo 450 oriente, colonia Centro, en Tecuala.

Sin embargo, ha trascendido, el diputado Segura López no habría respondido con documento alguno para aceptar la ausencia del auditor.

El anterior escenario sería la razón de su suspensión, puesto que, se considera, al mismo tiempo fue titular de la Auditoría Superior y notario público. 

Pero a partir del 22 de marzo Rubio Salazar no sólo anunció la apertura de la notaría, sino que también empezó a preparar su regreso a la Auditoría Superior. 

Con fecha 29 de marzo, nuevamente en el Periódico Oficial se publicó el convenio de sociedad notarial celebrado entre Roy y Gladi Hudit Canales Aguayo, titular de la notaría 2 con oficinas en Tecuala. La firma del convenio fue el 28 de marzo, según precisa el citado medio.

A su vez, otra publicación, ahora del 31 de marzo y firmada por el entonces secretario General de Gobierno Jorge Armando Gómez Arias, el mismo 28 de marzo Rubio Salazar solicitó licencia “para separarse del ejercicio de la función notarial por ser incompatible con el cargo que ostenta de AUDITOR SUPERIOR DEL ESTADO, al terminar el permiso que solicitó para ausentarse de su función el día veintiocho del presente mes”. 

Así, ese día 28 se le concedió licencia como notario público.

En pocas palabras, Roy Rubio dejó unos días la Auditoría para abrir la notaría pública y después se regresó. Así de fácil.

Se desconoce si la Comisión de Hacienda cuenta con más elementos de prueba, por ejemplo algún documento firmado por Rubio, como auditor, dentro de esos cinco días.

UN CAMINO SIN ESPINAS 

Total, Roberto Sandoval Castañeda quería hacer notario público a su amigo Roy y el camino se abrió sencillo.

Una publicación en el Periódico Oficial del tres de agosto del 2016, describe que el notario número 3 de la Segunda Demarcación, con oficinas en San Blas, Antonio Humberto Herrera López propuso como su suplente, ante Sandoval Castañeda, a Roy Rubio Salazar, lo que de inmediato fue aceptado.

Meses después se lanzó una convocatoria para cubrir la vacante de la notaría 3 de Tecuala, y por supuesto Roy se inscribió, aprovechando que ya era suplente, aunque seguramente nunca ejerció como tal, por su función como auditor.

Y el 19 de diciembre, mientras la mayoría de las personas iniciaban vacaciones de fin de año, Rubio se sometía a un examen “práctico y teórico” del que, ¿cómo no?, “resultó ganador”. Sería notario público. 

NOTARIO O FUNCIONARIO 

Más allá del final que tenga el caso Roy Rubio y la evidente intención del Congreso del Estado para destituirlo como auditor, la situación de los notarios públicos tendría que ser revisada.

Una fuente vinculada al tema consideró que lo correcto debería ser que un notario que sea funcionario público debe cerrar su oficina durante el tiempo que dure su encargo, para evitar malas interpretaciones. 

De hecho, se explicó, en ese sentido fue una reforma del 2005, siendo gobernador Antonio Echevarría Domínguez, pero Ney González Sánchez de inmediato le hizo cambios, permitiéndose a los notarios licencias para ser funcionarios públicos, pero con las oficinas abiertas a través de suplentes o asociados.

Como ya se indicó, la facilidad con la que personajes como Roy pudo llegar a notario público, por el simple hecho de ser amigo del gobernador, no es la única. Prácticamente cada gobernador acomoda como tal a los cercanos.

El año pasado, el fiscal Édgar Veytia, el secretario General de Gobierno José Trinidad –“Pepe”- Espinoza, y el secretario de Roberto Sandoval, Raymundo García Chávez  -“Mundito”-, también abrieron oficinas notariales y luego regresaron a sus funciones públicas. Sin embargo, resultaría prácticamente imposible que Veytia, por ejemplo, en los hechos haya dejado de ser fiscal por unos días, o que no hubiera traído escoltas para su seguridad.

Se insiste pues, el caso Roy da para más. 

La Ley del Notariado, como lo dijo la fuente consultada, necesita candados que se resuman así: o eres notario de tiempo completo o eres funcionario.  

 

 

 

 

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